Baila la carretera su vals de curvas siseantes,
en un escenario ocre y polvoriento
donde un coche deja su estela de humo.
Música de radio, añeja golpea al silencio,
de buitres y cactus,
de polvo e insectos.
Viajero solitario huye del destino.
Easy rider, con la calva al viento.
Sólo sol y día, noche sin estrellas,
estaciones de servicio macilentas,
vacio sin fronteras.
Ponte tus botas, Cowboy,
arréglate el sombrero.
Detente en la explanada del viejo pueblo desierto,
aguarda al destino, que sabe donde te escondes.
Rétale a un duelo
y muere en silencio
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