Un niño baila claqué
en pantalones cortos
sus rodillas crujen
y sus manos se agitan
como alas de pollo
Dos viejas grises
sentadas en sillas Luis XIV
sonríen y aplauden
son sus muñecas las que crujen
Huele a moqueta y a cortina
a té y pastas húmedas
La gente se asoma por la ventana
sorprendida y asustada
porque es macabro
y no lo entienden
Sus zapatos brillan
sobre la tarima desgastada
su mirada está rota y perdida
Las viejas brujas
juguetean con sus bolsos
Circo rojo y azul con dos entradas
Todo es descarnado y patético
en un baile desesperado
ritual, absurdo, arrítmico
Incómodo
Las mujeres babean
el niño traga saliva
todos sudan
Las cortinas se cierran
el suelo llora
enmudece
se niega
Todos jadean
Afuera ya no hay nadie
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